Charles Barkley: «Dominó el juego de verdad. Fue nuestro mejor jugador en todos aquellos partidos». A nivel totales, en temporada regular ya le ha superado en todo menos en robos (2.514 de Jordan por 2.179 de LeBron) y en playoffs el dominio de James es sideral, con casi 100 partidos de diferencia. Ya sin Krause como el estratega en la selección de jóvenes talentos y con Scott Skiles en el banco, sumado a la incorporación de buenas selecciones del draft como el británico Ben Gordon y el sudanés Luol Deng, Chicago se transformó en uno de los mejores equipos defensivos de la liga y, gracias a la sangre joven que le aportaron jugadores como Tyson Chandler y el argentino Andrés Nocioni en su desembarco en la NBA, el conjunto volvió a combatir por ingresar a los playoffs. Petar Skansi dirgía un conjunto de estrellas europeas, a una distancia sideral del ‘star system’ estadounidense.
Chuck Daly esgrimió una comparación idónea para semejante megalomanía: «Era como juntar a los Beatles y a Elvis, como viajar con 12 estrellas de rock». Consciente de que había disfrutado de un escenario privilegiado, Daly dejó alguna frase imborrable. No había ironía en esta última frase. Pívot de 2,08, alcanzó la Final Four de la NCAA pero eso no le bastó para llegar a la NBA. En el segundo choque, Croacia vivió en sus carnes un anticipo de lo que le esperaría en la final del torneo. Todo ello teniendo en cuenta que en 1993, cuando estaba en la cima del mundo, tras haber ganado tres títulos consecutivos, decidió retirarse en un hiato del baloncesto que duró dos años. Herlender Coimbra, un angoleño de 24 años y estudiante de 3º de Economía, sufrió en su pecho un codazo del norteamericano. El primer anillo, casi un cierre a unos años de pruebas hercúleas, llegó contra los últimos Lakers de Magic. Scottie Pippen: «Echó el cierre a cinco tíos del equipo. Scottie quería jugar de todo y lo consiguió. Una cosa grandiosa que tiene es que puede jugar en todas las posiciones».
Las zapatillas establecieron un récord mundial por el precio más alto alcanzado por un par de zapatillas en una subasta, según Sotheby´s. Michael Jordan: «Creó el ambiente y (aportó) su espíritu ganador. Según entró por la puerta el mejor de la historia, todos supimos que había que centrarse». La cifra conseguida, sin embargo, supera todos los récords: es la camiseta de básquet más cara de la historia, el artículo usado en un evento deportivo por el que se pagó más dinero y el valor más caro jamás pagado por un ítem de Michael Jordan. Para muchos, Michael Jordan es mucho más que un jugador de baloncesto. 5- Fue nombrado el mejor jugador del primer año en la universidad. Kerr, quien puede presumir haberse ganado el respeto de ‘MJ’, se coronó campeón de la NBA jugando con los SAN Antonio Spurs un año después del último título con los Bulls. Muy pocos jugadores en la NBA pueden presumir de vivir el orgullo que se siente cuando ves tu camiseta, tu número, ascender al techo del pabellón donde lucirá con el de otras leyendas para siempre.
Con Curry a la cabeza los Warriors volverían a la final en la temporada 2016, pero esta vez vencerían los Cavaliers ganando su primer campeonato de la NBA, tras necesitar jugarse un séptimo partido y siendo la primera vez que un equipo da vuelta un 3-1 adverso en las finales. 21- El tiro de Jordan contra Byron Russell en el juego 6 de la Final de 1998 fue una canasta de 17 pies desde la parte alta de la llave. Ya han llegado los dos nuevos capítulos de ‘The Last Dance’, el documental que recorre la última temporada de Michael Jordan con los Chicago Bulls culminada con el sexto anillo de la franquicia. ¿Qué hubiera pasado si Michael Jordan no se retira para jugar béisbol? ¿Qué podría enseñar a semejante reunión de talento? Por eso quizás él sólo se atrevió a dirigir dos entrenamientos durante la estancia en Barcelona. En su haber, eso sí, figuró el reconocimiento de ser el máximo anotador de EE.UU durante el campeonato con 18 puntos de media. Vroman no fue famoso sólo por el baloncesto sino también por ser un redomado vividor, amante de la buena vida, las fiestas y las mujeres exuberantes. Charles Barkley soltaba una de las suyas.